lunes, 30 de diciembre de 2013

Niños pagan el precio del carbón

El Espectador

El 17% de los menores de 12 años que residen en la zona carbonífera del Cesar han faltado a clase al menos un día al mes debido a enfermedades respiratorias agudas.
Por: María Luna Mendoza

De acuerdo con la investigación, la proporción de estudiantes ausentes fue mayor en los corregimientos próximos a depósitos mineros. / Cortesía Unimedios
Asma, fibrosis pulmonar, tos crónica, bronquitis y neumonía, entre otras enfermedades respiratorias asociadas a las dinámicas de explotación del carbón, son las razones por las que decenas de niños han dejado de asistir a sus escuelas en el departamento de Cesar. Así lo revela una investigación realizada de manera conjunta por la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de los Andes.

La zona carbonífera del Cesar se localiza en el centro del departamento y está conformada por los municipios de Becerril, Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico, Chiriguaná y El Paso. Según el estudio, reseñado por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, el 17% de los niños menores de 12 años que residen en estos municipios ha faltado a clase al menos un día al mes por presentar enfermedades respiratorias agudas.

La proporción de estudiantes ausentes fue mayor en los corregimientos próximos a depósitos mineros y a corregimientos con “efecto tráfico”, identificados por la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar) como áreas de influencia de las dinámicas de explotación de carbón.

El investigador Luis Jorge Hernández, Ph.D. en salud pública de la Universidad Nacional y docente de los Andes, dice que existe evidencia suficiente para afirmar que en varias de las fases de la explotación se produce una grave contaminación del aire y del agua, a la cual los niños son más susceptibles.

“El material particulado que genera la explotación de carbón está presente en el aire, en el agua y en las plantas, y, en consecuencia, en las vías respiratorias de la gente”, explica Hernández. “Los niños, que respiran más veces por minuto que un adulto, son especialmente vulnerables a la contaminación del aire, pues su sistema respiratorio se encuentra en pleno desarrollo y crecimiento”, añade.

Durante el estudio también se encontró evidencia de que las enfermedades respiratorias de los niños residentes en la zona carbonífera del Cesar se agudizan debido a otros “factores de exposición” relacionados con las “deplorables” condiciones socioeconómicas de la población.

La ausencia de servicios públicos de alcantarillado y recolección de basuras, las cocinas de leña, las viviendas con paredes de bahareque o adobe y el constante tránsito de vehículos de carga pesada junto a sus casas y sus colegios son algunos de los factores que, según Hernández, empeoran las malas condiciones de salud ocasionadas por la contaminación ambiental producto de la actividad minera.

“Esta es una de las regiones que más regalías reciben por la actividad minera. Sin embargo, las condiciones de vida de sus habitantes son precarias”, afirma.

Para Luis Jorge Hernández, este estudio aporta evidencia suficiente para sugerir que la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades respiratorias requieren de un plan regional de calidad del aire y de la salud.

“Este es sólo un primer paso. Son necesarias nuevas investigaciones que permitan hacer un monitoreo continuo para valorar las modificaciones en la salud de las personas de Cesar”, concluye.

mluna@elespectador.com

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